YO TAMBIÉN TENGO CRISIS…
…Me bajan en sueldo,
la jornada laboral. Me suben las retenciones y los impuestos. Quién fuera mileurista.
Llego tarde al trabajo
por la huelga del Transporte Público de Murcia. Cuento los céntimos. A penas
paseo por la Gran Vía para no caer en la tentación del consumo. Al Camino del
Huerto y a paso ligero, sin caer en la tentación del escaparate.
Busco la tarifa más
plana del móvil. Hace un millón que no voy al cine ni al vídeo-club. Gracias a
la biblioteca y a que me quedan un millón de clásicos por ver.
No me pregunto qué
escarban algunos en los contenedores de basura y me revienta ver a todos los
niños de una clase con el típico disfraz comprado porque valoro el sacrificio
que habrá supuesto la bromica a
algunos padres.
Apago a conciencia las
luces y el calentador. Me abrigo más dentro de casa. Conceptos tales como
“cenar fuera”, “cumpleaños”, etc. me producen cierta urticaria.
Deliplus se ha convertido en mi marca fetén de belleza y mi supermercado de
confianza es, cómo no, la nevera de la casa de mis padres. Qué mayor confianza
que la que me da la madre que me parió. Anoche, entre sueños, me pregunté
cuánto tiempo hace que no me depilo. ¿La peluquería? Pues puntas abiertas hasta
junio, en el mejor de los casos.
A parte de la ruta
Caravaca-Murcia, no se me ocurre hacer otro viaje más allá de los 300
kilómetros a la redonda y si algún amigo tiene parada y fonda allí.
¿Cómo se llama eso en
lo que un señor canta y los fans lo corean? Ah, sí. “Concierto”. Quizás en
2013…
Bien dicen los chinos
–y me lo recuerda mi jefe- que toda crisis es una oportunidad de cambiar.
Nati Montes Barqueros
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