sábado, 12 de noviembre de 2011

GORDOS

Quizás, me estoy equivocando entrando en lo muy personal. Nunca hubiera querido hablar de esto pero he tenido hace poco una conversación que me lleva ahora a hacerlo. Siempre he sido La Gorda, para qué negarlo. Ya ven, no piensen que hablo de ello con naturalidad y asepsia. Más bien, es un tema que me duele y que siempre he arrastrado. Pero hablar con mi amigo Fran, me ha ayudado hoy a desairar ciertos traumas.
No voy a defraudar la confianza que ha depositado en mí en la promesa de escribir juntos algún día un diario de ex gordos, recopilatorio de cuanto amable comentario hemos recibido a lo largo de nuestra vida –los hay francamente chocantes, que se dice-. Me voy a arriesgar a repasar la imagen con la que los gordos han sido retratados en series que todos hemos seguido. Y, sí: lo haré de memoria.
Ya he comentado aquí mi debilidad por EL PRÍNCIPE DE BEL-AIR. Una vez, una gorda fue la protagonista de un episodio. Era una tía encantadora, sin entrar en más detalles y el alma gemela de Will. Pero claro, el guaperas no iba a liarse con la foca. Luego, lección moral y todos los tópicos de las series americanas que rara vez reflejan la realidad de un país con más de un 60% de personas obesas.
Algo parecido, creo recordar que pasó en SALVADOS POR LA CAMPANA. Si todas estaban enamoradas del rubiales Zack Morris, la gorda no iba a ser menos. Y a llovernos otra moralina sobre la tolerancia y el ítem de la belleza está en el interior.
Pero otra cosa es la realidad que, con esto no parece querer imitar a la ficción. A pocos gordos/as vemos por la calle pasear enhebrados de lo que se dice un bombón.
Como se queja Eugenia en el capítulo de esta semana de AÍDA, a los gordos se nos pinta como seres que siempre estamos comiendo, de buen humor, quizás sensibles pero sin muchas pretensiones intelectuales, no digo que tontos. No se nos da una dimensión más allá. Quizás, no merezca la pena profundizar en este estereotipo.
Este tema, me ha deprimido a veces; a veces, he pasado y otras, me he revelado. En todas ellas, una canción repica en mis sienes. Es de Sabina. Se llama BESOS EN LA FRENTE y habla de una mujer que no es muy agraciada.

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