miércoles, 20 de febrero de 2013


ESCUPIR

Aviso. Si no puedo protestar, tendré que escupir.
Si los derechos a un puesto de trabajo, a un sueldo digno, a unas prestaciones sociales y sanitarias garantizadas, a unas prestaciones aseguradas por desempleo y jubilación se ven esquilmados; tendré que escupir.
Si los que defienden a capa y espada un status quo escudándose una y otra vez en la sacrosanta constitución, merman mi derecho a protestar en mi puesto de trabajo porque es un establecimiento público, tendré que escupir.
Si los que una y otra vez proclaman la igualdad entre todos los españoles, no se bajan el sueldo, ni renuncian a sus pensiones vitalicias, ni a una cadena de privilegios que una mente pensante de clase media-baja se puede llegar a imaginar, me piden a mí, a mis amigos y al conjunto entero de mi generación, ya dada por “perdida”, que nos apretemos el cinturón y nos acusan de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, tendré que escupir.
Si esas personas a las que tanto admiro; amigos inteligentísimos de los que presumo; mis brillantes compañeros de trabajo o talentos que desconozco tienen que salir por patas de este país donde vale más una señora que una noche se acostó con un torero o un tío que trabaja pataleando un balón, tendré que escupir.
Si las clases explotan de niños a los que luego acusarán de tontos y cada vez hay menos profesores. Si las tasas universitarias se vuelven estratosféricas para ser sólo accesibles a la élite (como Dios manda); tendré que escupir.
Si llego a ver a mi madre contando céntimos para que le alcance para la barra de pan. Si privan a los abuelos de este país de cada céntimo sudado años atrás, en condiciones laborales precarias. Si en nombre de no subir las pensiones, acaban pagando tasas prohibitivas para poder apuntalar su delicada salud… prometo escupir.

Nati MB

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